lunes, 1 de junio de 2009

El campo se seca

EL CAMPO SE SECA Y SE PREPARA PARA EL DESASTRE (El Norte de Castilla, 20 de mayo de 2009)

Zonas en las que el año pasado se recogieron 5.000 kilos por hectárea de cereal, difícilmente superarán los mil kilos

Mal, tirando a peor. «Va a estar más cara este año la paja que el grano». Las dos sentencias están recogidas ayer a pie de parcela en dos zonas de la provincia separadas más de cien kilómetros entre sí. Y las dos no son sino síntomas muy evidentes de lo mala que está la situación en el sector cerealístico, una vez que no sólo no ha llovido en las últimas semanas, sino que ésta se ha adentrado en una ola de calor. El campo está muy seco y en algunas comarcas cerealistas en las que el año pasado se rondaron los 5.000 kilos de media por hectárea este año se recogerán, con dificultad, poco más de mil. La situación, por tanto, apunta al desastre económico.

Tierra de Campos: Se agosta la cosecha
Los agricultores de esta zona norte de la provincia vallisoletana se van preocupando cada día que pasa al comprobar que la lluvia, tan necesaria en esta época para el cultivo de los cereales, no hace su aparición por lo que prevén una de las peores cosechas de los últimos años. Para los presidentes de las juntas agropecuarias locales de Villalón de Campos, Luis Ángel Tejo Trigueros, y de Herrín de Campos, Moisés de la Puente Fernández, el campo sufre muchísimo debido a que a la falta de agua se le han unido las altas temperaturas que agostan las cosechas. «Aunque hasta ahora el campo se ha mantenido, el calor que estamos padeciendo en estos últimos días, no sólo está perjudicando la cosecha de cereales, sino también la de forrajes, leguminosas y proteaginosas, que ya se puede asegurar que es nula». Ambos presidentes auguran una pésima cosecha aunque lloviera en estos días, si no lo hace de forma abundante. La cosecha que vaticinan hoy en día oscila entre 1.000 y 1.500 kilos, muy lejos de los más de 4.000 recogidos el pasado año.
«Aunque Villalón y algunos pueblos limítrofes presentan mejor aspecto que otros de la comarca, el mal estado del campo se observa sobre todo en las cebadas tempranas sembradas en el mes de octubre, que ya están granando y si el calor las sigue azotando el grano de las espigas se reducirán a la mitad, tanto en su número como en su peso», afirman. Otro inconveniente que prevén los agricultores de esta comarca terracampina es la escasez de la paja, prácticamente nula y que apenas ha crecido, por lo que perjudicará las labores de recolección.

Medina del Campo: Una pérdida del 75%
El estado de las cosechas está empeorando en la comarca de Medina del Campo, así lo ha afirmado Félix del Barrio, presidente de la Cámara Agraria Local. La siembra ha disminuido entre el 25 % y el 30 % este año en los 38 pueblos de la comarca. Entre los cultivos más perjudicados se encuentra la cebada, ya que la siembra se realiza más tarde. Se estima que la cosecha de este año se reducirá en un 75 %. Es previsible que los precios aumenten, aunque hay que tener en cuenta que la cebada se vendía el año pasado a 0,18 euros en cosechadora y ahora ha descendido hasta los 0,11 euros.
Según Del Barrio, las consecuencias son «caóticas, porque habrá muchas tierras que no se sieguen». Se estima que la producción media no llegue a los mil kilos por hectárea, cuando el año anterior fue de unos tres mil. Respecto al regadío, la disminución va a ser del 50 % aproximadamente.
Las pérdidas en la agricultura influirán directamente en la ganadería, puesto que disminuye el consumo y las importaciones de piensos hacen que los costes para el sector aumenten. El principal problema se da con la leche, puesto que se importa de países europeos a 1 euro, mientras que la española se vende a 50 céntimos y sale más rentable deshacerse de ella. La industria agroalimentaria también se verá afectada y las casas fitosanitarias han tenido que reducir la cantidad de abonos y fertilizantes que proporcionan a sus clientes.
Por el momento, los viñedos de de la Denominación de Origen Rueda «no están afectados por la sequía», según su presidente, Javier de Íscar Martínez, aunque sí las cerca de 900 hectáreas de nueva plantación, que precisan pequeñas aportaciones de agua para compensar la ausencia de humedad en el terreno, y evitar que se sequen y muera. El nuevo reglamento de la DO, de acuerdo con la Ley de la Viña y el Vino, permite regar el viñedo en todo momento salvo en la época de envero o maduración. Sin embargo, De Íscar opina que «si sigue sin llover y se dan las temperaturas tan altas que se auguran para los próximos días, los viñedos situados en los páramos de arenas y cantos si pueden verse perjudicados porque hay pocas reservas hídricas». En la actualidad la planta se encuentra en plena brotación con tallos de cuatro o cinco centímetros. «Las heladas de invierno sí que han dañado las yemas primarias de la vid en las zonas más bajas de las fincas, donde ahora brotan las secundarias con la consiguiente disminución de la producción», añade.

Peñafiel: Sin problemas en el viñedo
La comarca de Peñafiel tampoco es ajena a la prolongada situación de falta de lluvias que afecta principalmente al cultivo del cereal. La cebada apenas alcanza la altura de la rodilla y los pocos granos que atesora su espiga, de no llover de forma inminente, se agostarán o habrá que cosecharlos en un punto en el que apenas servirá para cubrir gastos.
Desde la Cámara Agraria de Peñafiel, su responsable Eva Peña, comenta que «se puede considerar la situación actual de sequía, absolutamente. Sin querer dejarse llevar por el pesimismo, la esperanza de recuperar en parte lo casi perdido la establece Peña en la lluvia, «si al menos lloviese aunque sea mínimamente, algo se podría recuperar. No me atrevo a decir que la situación del cereal es irrecuperable pero si las predicciones meteorológicas siguen así, si se mantiene la situación, la cebada se queda sin segar». Otro factor que puede elevar a su máxima expresión la ley de Murphy (todo lo que va mal es susceptible de empeorar), «a partir de estas fechas las precipitaciones tienen un carácter muy puntual y localizado. Por ejemplo, puede caer en Langayo y en Olivares no, o, que en Olivares les inunde y en Fompedraza estén con sequía. Y ya ni hablamos de la posibilidad del granizo, entones ya sería lo peor"».
Además juega en contra del agricultor cerealista el aumento de los coste de producción y el descenso en los precios de compra. Este año hay que añadir las consecuencias del cierre de la Azucarera de Peñafiel, con la que «se sujetaba un poco los cultivos de la remolacha». De momento, el único cultivo alternativo que se libra es el girasol, pero porque «empieza a sembrarse ahora».
Por el contrario, como señalan fuentes del Consejo Regulador de la Ribera del Duero, «el viñedo no está sufriendo de ninguna manera la escasez de lluvia, puesto que la cepa se encuentra en una fase de su ciclo vegetativo en la que no necesita más agua que la acumulada en las reservas hídricas del subsuelo». Aunque reconocen que «a la vista de la situación no se pueden hacer vaticinios de cara a la próxima vendimia».

Tierra de Pinares: Salvada por el regadío
La cambiante y adversa meteorología de la primera mitad del año preocupa a los agricultores de la comarca de Íscar, si bien no tanto como en aquellas tradicionalmente ligadas al cultivo de cereal, al ser esta comarca pinariega una zona tradicionalmente mas ligada a los cultivos de regadío. Datos que destacan tanto el recién elegido presidente de la Junta Agropecuaria Local de Íscar, Javier Catalina Manso, como el de Pedrajas de San Esteban, Eugenio Martín Sanz.

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